
Dos médicos examinan la analítica de un paciente, y dice uno:
-A mí lo que menos me gusta es el hígado.
Y el otro dice: -Coincido contigo, el hígado está fatal. En esto salta el paciente:
-Pues estamos los tres de acuerdo, donde esté un buen solomillo y una botella de vino… ¡el hígado para los gatos!
